Es una energía que no se consume por los receptores eléctricos de una instalación como lo hace la energía activa, sino que al contrario de esta, la energía reactiva tiene un sentido inverso y va desde los receptores a la red eléctrica.
El factor de potencia es la relación que existe entre la potencia activa y la potencia aparente en un circuito de corriente alterna.
Si representamos gráficamente las potencias activa (P), reactiva (Q) y aparente (S) en un triángulo de potencias, al ángulo que forman las potencias “P” y “S” se le llama fi (ϕ), que define el desfase que existe entre la tensión y la intensidad.
Por tanto el objetivo en cualquier instalación es conseguir que el cosϕ = 1 o lo más próximo a la unidad, ya que significará que sólo circula energía activa por ella y que la energía reactiva es prácticamente nula.
Existen numerosos beneficios al compensar la energía reactiva de una instalación, ya sean tanto económicos como técnicos. A continuación pasamos a enumerar algunos de los más destacados:
- Se evitan las penalizaciones económicas por exceso de energía reactiva en la factura eléctrica por parte de la compañía comercializadora en aquellos suministros eléctricos con una potencia contratada igual o mayor de 15 kW.
- Se aumenta la potencia disponible en nuestra instalación sin necesidad de ampliar la sección de los cables, cambiar las protecciones eléctricas o sustituir los transformadores existentes, ya que la intensidad que circula es menor.
- Se reducen las pérdidas por efecto Joule que se producen en los cables y transformadores.
- Se reduce la caída de tensión en las líneas de distribución, ya que se reduce la cantidad de energía reactiva que se transporta.
- Se contribuye a la mejora del medio ambiente ya que se reduce la energía que se transporta para el abastecimiento de las instalaciones eléctricas.
El signo más evidente de que el sistema eléctrico de su empresa está experimentando un bajo factor de potencia es si usted observa que la compañía eléctrica le está penalizando por un exceso de energía reactiva en su factura.
En aparatos de corriente alterna que tienen una bobina en su interior, como por ejemplo los motores y los transformadores, cuando circula una intensidad por su interior se genera un campo magnético. En dicho proceso, se producen dos tipos de energía: una parte se transforma en trabajo útil (energía activa) y la otra se utiliza para la creación del campo magnético (energía reactiva), la cual hace que sus sistema eléctrico esté sobrecargado y por tanto baje el factor de potencia.
Dependiendo de la magnitud de sus instalaciones y de su localización, esta puede durar entre un día y una semana.
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Gracias a nuestro servicio de mantenimiento correctivo, sólo tendrá que sustituir el elemento en mal estado, evitando así costosas pérdidas de tiempo y dinero.
La compensación fija suministra a la instalación una potencia reactiva constante durante todo el tiempo, independientemente de la carga de la instalación, mientras que la compensación automática suministra a la instalación la potencia reactiva necesaria en cada instante.